Las opiniones, las experiencias y las actitudes de un grupo de personas ante un tema específico son aspectos cualitativos muy importantes en la investigación. Una de las herramientas más valiosas para identificar estos aspectos son los grupos de discusión, una técnica que fue utilizada, el pasado 13 de junio, por el equipo del Departamento de Investigación y Desarrollo (I+D) de Fundación Diagrama con un grupo de profesionales adscrito a programas de envejecimiento activo y saludable en el medio rural.
Esta actividad, desarrollada en modalidad online, forma parte del Programa de promoción del envejecimiento activo y saludable en el ámbito rural: un estudio comparado de las actuaciones del tercer sector de acción social en España y terceros países, desarrollado a nivel nacional y financiado por la Secretaría de Estado de Derechos Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Su objetivo ha sido ampliar la perspectiva de los equipos de trabajadoras y trabajadores de Fundación Diagrama, incorporando los puntos de vista de profesionales de otras entidades públicas y privadas que desarrollan su labor en programas de envejecimiento activo, respiro familiar y vivienda compartida.
La jornada fue dirigida por Ana Mansilla y Antonio Rodríguez, profesionales del Departamento de I+D de Diagrama; y contó con la participación de Yeni Ripoll, pedagoga en el programa RESPIR del Ayuntamiento del Genovés; Marian Pascual, psicóloga especializada en niñas, niños y adolescentes y familias, actualmente trabajando para la Mancomunidad La Costera-Canal; Andrea Miquel, trabajadora social en la Asociación Hogares Compartidos; Julia Boluda, educadora social en la localidad de Enguera; y Vicenta Gomariz, educadora social en el municipio de Barxeta.
Durante la sesión, el grupo de profesionales reflexionó sobre el estado actual del envejecimiento activo y saludable en la España rural. A lo largo del encuentro se abordaron cuestiones clave como la soledad no deseada, los modelos de masculinidad, el acceso y uso de las nuevas tecnologías, o la carencia de servicios básicos, entre otros desafíos cotidianos que enfrentan las personas mayores. Asimismo, se pusieron de relieve las dificultades específicas con las que también lidia el propio sector profesional en contextos rurales.
Los resultados obtenidos han permitido identificar nuevas recomendaciones y posibles líneas de actuación, que se recogerán en un informe final. Para las personas participantes, la actividad ha resultado especialmente enriquecedora, al brindarles la oportunidad de interactuar, colaborar y establecer sinergias con profesionales y personas mayores de otras comunidades. Este intercambio ha favorecido una reflexión compartida sobre temas clave que pueden contribuir de forma significativa a la promoción del envejecimiento activo y saludable en el medio rural, tanto desde la perspectiva de las personas usuarias como del ámbito profesional.