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Jóvenes del hogar de convivencia ‘Los Pinos’ ayudan a elaborar historias de vida de las personas mayores de la residencia ‘Nuevo Azahar’

El pasado 3 de noviembre, los niños, niñas y adolescentes del hogar de convivencia en grupo educativo ‘Los Pinos’ de Molina de Segura participaron en una actividad intergeneracional en la residencia ‘Nuevo Azahar’ de Archena, mediante la cual ayudaron al equipo de este recurso a recopilar las historias de vida de las personas mayores o con algún grado de dependencia atendidas en él. Ambos centros están gestionados por Fundación Diagrama y, mientras que ‘Los Pinos’ depende de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad del Gobierno de Murcia, el centro sociosanitario tiene plazas privadas y plazas públicas concertadas con el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS).

El objetivo de esta actividad, enmarcada en el programa de cooperación con el entorno social del hogar de convivencia, era acercar a los menores a la historia reciente de su zona de residencia a través de los relatos personales de gente que la ha vivido de primera mano, estableciendo de paso un vínculo emocional que les ayude a mejorar sus capacidades de comunicación y relación interpersonal.

Para preparar las entrevistas, los jóvenes recibieron previamente unas nociones históricas con las que pudieron realizar una serie de preguntas a las personas mayores, abordando temas como sus recuerdos de la Guerra Civil, la vida durante la dictadura, cómo vivieron la Transición y la llegada de la democracia. Estas conversaciones permitieron a los residentes de ‘Nuevo Azahar’ compartir sus experiencias y recuerdos de vida, mientras que los menores tuvieron la oportunidad de comprender cómo era la sociedad en esos tiempos, las preocupaciones cotidianas, las actividades de ocio y la vida de sus mayores durante su juventud.

El educador social que acompañó a los chicos y chicas en esta actividad desempeñó un papel fundamental como guía, manteniendo las conversaciones centradas en el objetivo principal, fomentando un ambiente dinámico y distendido, y evitando silencios incómodos. La iniciativa no solo enriqueció a los menores, sino que también permitió que las personas mayores tuvieran un espacio para compartir sus historias, sentirse protagonistas, mejorar su autoestima y estimularles cognitiva y emocionalmente.