La Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género de Cantabria, dependiente de la Dirección General de Inclusión Social, Familias e Igualdad del Gobierno cántabro y gestionada por Fundación Diagrama, es una red de acción social que ofrece mecanismos de apoyo, atención y prevención a las personas víctimas de violencia de género de esta comunidad. El apoyo que pueden necesitar es diverso y, para poder sanar, es tan importante el respaldo social como la ayuda jurídica y psicológica especializada que se ofrece en las organizaciones y entidades especializadas en el ámbito.
Con el objetivo de establecer sinergias entre diferentes organismos y servicios que garanticen una atención integral a las personas que padecen este tipo de violencia, el pasado 30 de mayo, la coordinadora de la mencionada Red, Anabel Perales, participó en una reunión de coordinación con Diana Mirones, jefa de la Unidad de Coordinación de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno; Natividad Mallo, jefa de Servicio de Violencia de Género de la Dirección General de Inclusión Social, Familias e Igualdad; Natalia Rodríguez, técnico de la mencionada Dirección; y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE).
El encuentro tuvo lugar en la Delegación del Gobierno de Cantabria y tenía por objeto presentar la labor de la Red de Atención a Víctimas de Violencia de Género a las FCSE. Durante la jornada, Perales expuso los distintos recursos de atención ambulatoria y residencial con los que cuenta, haciendo especial hincapié en el Centro de Crisis 24 horas para víctimas de violencia sexual, así como en el nuevo centro residencial para víctimas de violencias sexuales.
El grupo de personas asistentes valoró muy positivamente la Red, tanto por la profesionalidad de su metodología como por la atención y los servicios que ofrece, destacando la importancia de dichos recursos para el proceso de recuperación de las víctimas de violencia de género y sexual en Cantabria. Este tipo de reuniones y la coordinación entre todas y todos los profesionales contribuyen a tejer una red de apoyo y servicios esenciales más amplia y fuerte, que genera espacios seguros para las mujeres víctimas de violencia de género.