Pasar al contenido principal

“El grado de implicación, preocupación y afectividad por parte de los menores hacia sus familias ha aumentado”

Hablamos con Manuel Salguero, psicólogo del Centro Socioeducativo Juvenil de Cantabria, en Maliaño de Camargo, recurso dependiente del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS) de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno de Cantabria y gestionado por Fundación Diagrama, sobre cómo se ha desarrollado en el centro la labor de atención con los menores durante la crisis del Coronavirus. 

¿Cómo se enfocó la labor psicológica en el centro durante la etapa de confinamiento por el Coronavirus?

Se llevó a cabo un seguimiento individualizado de la sintomatología que podían presentar los menores a nivel de ansiedad o malestar emocional por dicha situación. Por ejemplo, el equipo técnico del centro mantuvo contacto y comunicación con las familias de los usuarios para evitar que pudieran experimentar sentimientos de especial preocupación por su salud que les podrían haber afectado a nivel emocional y conductual. También se les orientó para que fueran desarrollando una adecuada toma de conciencia de la situación sanitaria del país, de la importancia y necesidad de la medida de confinamiento, así como transmitiéndoles la realidad social que ello ha ocasionado en las distintas ciudades.

Ya ha pasado un tiempo desde el comienzo de esta crisis, ¿cómo valorarías la evolución que han tenido los jóvenes desde entonces hasta el día de hoy? 

Al principio a los menores les costó bastante aceptar la medida de confinamiento y la realidad sanitaria en España, especialmente en algunos casos. Al estar dentro de la ‘burbuja’ del centro, les puede ser difícil en algunos momentos percibir de una forma clara la situación que estamos pasando en el país. Con estos jóvenes ha habido que hacer una intervención específica para que no focalizasen su frustración en el personal del centro, reestructurando sus creencias irracionales. Actualmente, aunque todavía a algunos les cuesta esta situación, por la carga emocional que conlleva el no poder tener visitas de sus familias, son mucho más conscientes de la situación nacional, la gravedad de la pandemia y la necesidad del confinamiento. 

¿En qué aspectos se ha hecho mayor hincapié en vuestro ámbito de trabajo a la hora de atender a los jóvenes? 

Especialmente en dar una imagen real de la situación del país, aclarando y reestructurando cualquier pensamiento irracional o poco ajustado a la etapa que se está viviendo. Al mismo tiempo que hemos hecho esta labor a nivel cognitivo, también se promueve un sentimiento de esperanza, de que esta situación cambiará con el esfuerzo de toda la población, siendo ellos una parte de la misma, y por lo tanto retribuyéndoles su responsabilidad en este sacrificio que todos estamos realizando. De esta manera potenciamos una mayor madurez personal en los menores. 

¿Cómo se trabaja la gestión de la incertidumbre provocada por esta situación? 

Además de la labor de coordinación y comunicación con las familias, que también han tenido una actitud ejemplar en cuanto a trasladar a sus hijos la realidad existente fuera del centro, se ha trabajado con los menores transmitiéndoles información constante y objetiva del desarrollo de la pandemia. Todo ello para evitar que fuesen entrando en ese estado de incertidumbre que tanto puede afectar a cualquier persona. 

¿Se ha realizado alguna labor específica con los familiares en el contexto del COVID-19? 

Dada la imposibilidad de poder tener contactos presenciales con las familias, se ha incrementado especialmente el contacto telefónico con el equipo técnico del centro, transmitiéndoles en todo momento tranquilidad por el estado de salud de sus hijos, aspecto importante y que demandaban en todo momento los familiares. En este sentido, cabe destacar la preocupación que también han mostrado por el estado de salud de los trabajadores del centro. Asimismo, se han incrementado los contactos telefónicos de los menores con sus familias, articulándose videollamadas en sustitución de las visitas convencionales que suelen tener en el recurso. 

¿Cómo crees que puede afectar esta experiencia a las dinámicas familiares de los jóvenes?

A veces de experiencias negativas surge algo positivo, y creo que en esta situación el grado de implicación, preocupación y afectividad de los menores hacia sus familias ha aumentado. 

¿Cómo consideras que marcará esta etapa a los jóvenes de cara a su futuro? 

Pienso que esta experiencia les puede hacer madurar en alguna medida, ayudándoles a valorar aspectos de la vida que antes, como todas las personas, dábamos como normales, y que sin embargo, con una enfermedad de este tipo, nos lleva a todos a darle la importancia que realmente tienen. 

¿Ha habido mayor cohesión grupal entre los jóvenes en el recurso? 

Se han apoyado unos a otros al verse todos en la misma situación, ya que es un problema generalizado a todos. Cabe destacar que a algunos les ha sido útil para percibir la situación de los jóvenes extranjeros que se encuentran en el centro, que durante un período de tiempo se han visto en una situación similar de alejamiento respecto a sus familias. 

Los vínculos afectivos entre jóvenes y profesionales se han potenciado en esta etapa de confinamiento. ¿Cuáles son los aspectos más positivos de este refuerzo? 

Probablemente el apoyo emocional y humano que están recibiendo de todo el personal del centro, lo cual puede ayudar a que en el futuro vayan considerando en mayor medida todas las aportaciones, indicaciones y consejos que puedan provenir de las distintas figuras adultas que intervienen con ellos.

¿Cómo valorarías el papel de los psicólogos y psicólogas de Fundación Diagrama en una situación como la que estamos viviendo? 

Pienso que es una labor importante por los beneficios que está teniendo en los menores, aunque como todo el trabajo que realizamos en los centros, nuestro trabajo no se entendería fuera de la intervención multidisciplinar que se realiza normalmente. Con esto me refiero a que también debemos prestar especial atención a la labor que nuestros compañeros, el equipo educativo, realiza con los menores, porque han tenido un papel muy importante en cuanto al apoyo emocional y la reestructuración de los pensamientos irracionales que los menores puedan elaborar ante esta situación.