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Los jóvenes del Centro Socioeducativo Juvenil de Cantabria celebran el Día del Árbol con una actividad medioambiental

Con motivo del Día Internacional del Árbol, los menores que se encuentran realizando el curso de Ayudante Técnico en Parques, Jardines y Viveros en el Centro Socioeducativo Juvenil de Cantabria, dependiente de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno cántabro y gestionado por Fundación Diagrama, plantaron varios árboles en las instalaciones del centro que posteriormente se encargarán de cuidar y conservar.

El pasado 21 de marzo, los jóvenes atendidos en el Centro Socioeducativo Juvenil (CSJ) de Cantabria participaron en una actividad de sensibilización medioambiental con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Árbol. En concreto, los menores plantaron varios árboles en las instalaciones del centro como parte de las prácticas del Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) de Ayudante Técnico en Parques, Jardines y Viveros que se encuentran cursando, en dependencia de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria.

La iniciativa partió de la Asociación de Jardineros de Cantabria (AJAC), que promovió entre las empresas de jardinería de la región conmemorar el Día Internacional con la plantación de árboles en distintos centros educativos, con el objetivo de concienciar a los jóvenes sobre la importancia del cuidado y conservación del medio ambiente, la biodiversidad y las masas forestales. Como parte de esta campaña, al CSJ acudieron dos profesionales de la empresa de jardinería Francisco J. G. S., que colabora habitualmente con la Fundación proporcionando plazas para que los alumnos del PCPI puedan realizar sus prácticas profesionales en el sector, lo que supone un primer paso fundamental para su futura integración laboral.

Los chicos participaron activamente en la plantación de los árboles, mostrándose muy interesados por la labor y realizando numerosas preguntas a los profesionales de la empresa sobre los entresijos del sector. Además, la actividad incluyó un acto simbólico en el que los chicos escribieron sus deseos más íntimos en un papel, que enterraron junto a las raíces de los árboles plantados, comprometiéndose a cuidarlos y conservarlos para verlos crecer.