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Agua, comida, campanas y láseres, equipamiento para una jornada de voluntariado deportivo

Tres jóvenes de la residencia de acogida ‘Anassim’ de Llanera de Ranes se encargaron de uno de los puntos de avituallamiento del XIII Trail de Muntanya de Vallada, donde ofrecieron comida y bebida a los corredores y corredoras. Además, se encargaron de guiarles hacia la ruta correcta y de registrar su paso por el punto asignado con dos instrumentos proporcionados por la organización.

Fundación Diagrama promueve el voluntariado en todos los centros y hogares que gestiona porque no solo es una actividad que aporta un beneficio a la sociedad y promueve valores positivos de altruismo, colaboración y dedicación, sino que también es una oportunidad para que las personas jóvenes se sientan integradas en su comunidad. Compartir tareas con gente de todo tipo y ayudar a otras personas a alcanzar un objetivo, como es el caso del voluntariado deportivo, ofrece una perspectiva muy positiva sobre la importancia de los pequeños gestos y de las dinámicas relacionales saludables.

En este sentido, el pasado 21 de diciembre, un grupo de tres chicos atendidos en la residencia de acogida para niños, niñas y adolescentes con problemas de conducta 'Anassim' de Llanera de Ranes (Valencia) –recurso de titularidad de la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana- participó junto a dos educadoras en el desarrollo del XIII Trail de Muntanya de Vallada (TRAMUVA), organizado por el Ayuntamiento de esta localidad y por el Club Esportiu Alt de la Creu.

Los jóvenes colaboraron ayudando en uno de los puntos de avituallamiento –junto a la Ermita de Vallada- y guiando a los corredores y corredoras por la ruta adecuada a seguir. Para ello disponían de una campana con la que dirigir a los participantes en la dirección correcta y, una vez pasaban por delante de ellos, les registraban con un contabilizador activado por láser. De esta forma, los adolescentes no solo contribuyeron con agua y viandas a que los atletas cogiesen fuerzas para terminar el trayecto (dividido en dos modalidades, 10 y 22 kilómetros), sino que ayudaron a llevar un control de la prueba y asistir en cualquier incidencia.

El balance de la jornada ha sido muy positivo, pues los chicos han disfrutado de la actividad y se han sentido muy bien valorados tanto por la organización de la carrera como por los participantes. Tras el evento, tuvieron la oportunidad de pasear por el pueblo de Vallada y también fueron acogidos de forma muy positiva por los vecinos y vecinas del pueblo, que disfrutaron de esta prueba como uno de los eventos ya clásicos durante las fiestas navideñas.