El Servicio de Inserción Sociolaboral ‘Azarbe’ de Cartagena ha comenzado recientemente a trabajar con un grupo de seis jóvenes migrantes en situación de vulnerabilidad, con pocos conocimientos previos del idioma español y sin referentes lingüísticos comunes entre ellos. Su comunicación habitual se da en diversos dialectos africanos, como el mandinga, el pular o el wolof. Ante esta realidad, las orientadoras laborales del servicio están impartiéndoles un curso de español partiendo desde un nivel básico. Esta iniciativa busca facilitar el aprendizaje y perfeccionamiento del idioma, con el fin de mejorar las oportunidades y el nivel de empleabilidad de los jóvenes como parte de sus itinerarios de inserción.
‘Azarbe’ es un programa dirigido a personas jóvenes de 16 a 29 años que están o han estado en los Sistemas de Justicia Juvenil o de Protección a la Infancia, y lleva a cabo acciones de información, orientación, asesoramiento y acompañamiento en materia de empleo en las áreas geográficas de Murcia, Cartagena y Lorca. Desde febrero de 2024, este proyecto de Fundación Diagrama contratado por la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad del Gobierno murciano y cofinanciado por el Fondo Social Europeo ha atendido a 77 personas.
Los talleres de idioma se complementan con nociones elementales de matemáticas que permiten ofrecer una base educativa sólida que facilite su desarrollo personal y profesional. Paralelamente, se ha realizado un acompañamiento a todo el grupo para tramitar su alta como demandantes de empleo en el Servicio de Empleo y Formación (SEF) de la Región de Murcia, un paso fundamental para que puedan acceder a acciones formativas cuando dominen el idioma que les permitan adquirir competencias laborales.

La intervención se enmarca en un enfoque inclusivo y con especial sensibilidad hacia la barrera idiomática, la diversidad cultural, la carencia de una red de apoyo familiar y el riesgo de exclusión que enfrentan estos menores. Más allá del aprendizaje del idioma, se promueve un espacio de acogida y comprensión, donde los jóvenes pueden comenzar a construir nuevos referentes y herramientas para integrarse. En este contexto, la acción educativa se convierte en un instrumento clave para la integración, permitiéndoles construir nuevas oportunidades a través del aprendizaje del idioma, el acceso a recursos formativos y la orientación laboral.
Gracias a este curso, los jóvenes han comenzado a mostrar una mayor confianza y motivación en su proceso de aprendizaje. A pesar de las dificultades comunicativas iniciales, ya se observan signos de adaptación y una participación progresiva en las dinámicas grupales. Poco a poco, se está generando un entorno de respeto, acogida y acompañamiento continuo que no solo favorece su integración, sino que también contribuye de forma significativa a su bienestar emocional.